martes, 2 de agosto de 2011

Un artículo de opinión sobre el tema..



En la sociedad en la que vivimos, el consumismo es una de las cosas que siempre está en boca de todos. La sociedad actual, estructurada entorno al consumo y la producción nos lleva a consumir más de lo que realmente necesitamos. Esa necesidad de consumir es la hace que la balanza se desequilibre aún más. El lujo y la comodidad innecesaria son los que han hecho de nuestro mundo, un mundo peor, lleno de excesos.

Pero en realidad no es del consumismo de lo que quiero hablaros sino de una de sus consecuencias más directas. Hablo de la sobreexplotación de los recursos naturales, uno de los grandes problemas de la sociedad actual. La sobreexplotación de la naturaleza no es más que una consecuencia de nuestra necesidad de consumir cada vez más, sin pararse a pensar que problemas puede generar esto.

- La sobreexplotación de la naturaleza solo nos puede acarrear graves consecuencias. La población mundial actual exige una demanda de productos que los recursos naturales del planeta no pueden generar. Pero nosotros, desoyendo los consejos de los expertos, seguimos consumiendo como si todo fuera inagotable. Tiramos comida a la basura solo por que no nos gusta, o por que no tiene un color apetecible. Eso último unido a nuestra habilidad para derrochar hace que nuestro planeta no pueda generar los recursos suficientes, y cuando la demanda supera al producto ya sabemos lo que puede ocurrir.

-Además esta necesidad de producto que necesitamos y no podemos producir, hace que recurramos a otros métodos como los alimentos trasgénicos. Estos alimentos se modifican genéticamente para que crezcan más deprisa o sean más grandes. Pero el problema de estos es que no son del todo saludables debido a los productos que se usan para su modificación, los cuales muchos son desconocidos, y se desconocen sus posibles efectos sobre el ser humano.

-Encima esta sobreexplotación de los recursos, hace que las diferencias entre los países pobres y los países ricos aumenten ya que las poderosas multinacionales normalmente transportan sus negocios a países pobres.

Resumiendo, este es un problema que lejos de poder ser resuelto por políticos y organizaciones, podemos conseguir resolverlo entre todos. Si cada uno pone su grano de arena podremos conseguir reducir nuestro consumo excesivo y así construir un mundo en el que todos tengamos un lugar
donde vivir.

Opinión de una experta

El consumismo es una tendencia que busca adquirir productos y servicios que son innecesarios para el bienestar humano. Esta tendencia llega al grado de crear en el individuo ansiedad, vergüenza y en el entorno social, crean casos mas extremos pero a más comunes, problemas económicos y familiares, que llevan a la separación de sus miembros.
Para la psicóloga, Magdely Ventura, la predisposición de comprar de forma acelerada, depende de tres factores que forman parte del crecimiento de las personas.
Menciona, como primer momento, a la familia, pues según ella, es ahí donde el individuo adquiere patrones de comportamiento, reproduce los impulsos de los mayores, y toma como punto de referencia el actuar y pensar de quienes los tienen a su cargo.
“El niño se convierte en un imitador, ve en sus padres o encargados, un modelo a seguir, el hecho que compartas con tus hijos compras, debe ir acompañado de una reflexión, del porqué comprar determinada cosa, y cual será su uso, pero sobre todo si es necesario” justifica Ventura.
El segundo instructor de la vida en esta materia tan delicada es la sociedad, a través de las diferentes áreas y etapas: trabajo, comunidad, escuela.
Acá la presión es mucho mas fuerte pues el hecho de querer pertenecer a un grupo a veces conlleva la obligación de amoldarse a ese tipo de vida, que involucra, marcas, diseños y personalidades.
Por último, pero no menos importante, se encuentra el factor medios de comunicación. Estos se encargan de promocionar modos de vida ajenas a las realidades de los pueblos.
“Los medios de comunicación hacen un irresponsable uso de la publicidad y de la propaganda, creando en los seres pseudos necesidades. Te invitan a consumir marcas de ropa sabiendo que la necesidad de vestir no tiene distintivo, o te incitan a consumir comida comercial que no alimenta en lo mas mínimo el organismo”. Enfatiza la Psicóloga.
El consumismo aparentemente no es dañino y perjudicial, pero qué pasa cuando los valores y sentimientos son hechos a un lado por cosas materiales. ¿Cómo?....Veamos, muchos niños prefieren de sus padres un regalo que puede ser un lindo juguete, que un abrazo o un beso. Muchos chicos condicionan a sus padres para hacer determinada acción. La obediencia, el amor y el cariño se condicionan a un objeto con valor únicamente comercial.
La psicóloga recomienda romper con el paradigma del consumismo desde el hogar, este patrón cultural se combate con planificación y toma de coincidencia.
Además cree necesaria la participación de los padres de familia en los centros de estudio, (a través de escuelas de padres) el compromiso de los medios de comunicación para promover los valores y sujetar aquellas campañas que abusan del factor consumo.

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